Este sábado estuve con mi hermano en La Ría de Progreso. Salimos con mi madre y un grupo de conocidos para dar un paseo en Kayacs y cenar unas hamburguesas a la luz de una fogata.

Comenzamos el recorrido al atardecer, cerca de las 4pm. Para mi sorpresa, los Kayacs son muy estables y en ningún momento sentí que caería al agua. Eso me preocupaba bastante, ya que traía mi cámara conmigo. Aunque debo ser honesto, yo no remé, estuve en uno doble y mientras mi compañero le metía con el remo, yo tomaba fotografías.

El atardecer fue hermoso, como pueden ver en la fotografía de portada. El cielo estuvo despejado y pudimos disfrutar de un atardecer color naranja.

Las aves volaban cerca de nosotros, disfrutando de esta puesta de sol que pareció mágica. Todos esos manchones negros son otras aves, ¡había demasiadas!

La tranquilidad del lugar, la brisa fresca y el canto de las aves; parecía que estábamos entrando al paraíso.

La noche cayó sobre nosotros y llegó la hora de acercarse a la orilla, donde nos esperaba una enorme fogata.

Estamos aún en diciembre, así que el viento estaba frío. Sin embargo, me pareció revitalizador. Tampoco había moscos, lo cual es un plus para hacerlo en estas temporadas. Mi hermano dice que los moscos se han vuelto más inteligentes. Supongo que continúan su proceso de evolución, diría el buen Darwin.

¿He mencionado mi fascinación por las hamburguesas? Llevo una lista de las mejores en Mérida. Las clasifico en económicas y caras, porque no es justo comparar una que solo tiene cebolla y cuesta $10 pesos, contra una que tiene de la mejor carne, pero cuesta $200 pesos.

Las hamburguesas que prepara mi hermano están en una nueva categoría. Estoy seguro de que no le resultan baratas y las prepara con mucho amor por el arte. Supongo que ahora cuando tenga ganas de una buena hamburguesa iré a visitarlo.

La noche se extinguió poco a poco, así como estos trozos de carbón que me parecieron fascinantes.

Limpiamos el lugar, recogimos nuestras cosas y emprendimos el camino de regreso al muelle.

Me preocupaba un poco la visibilidad que tendríamos en el agua, ya que estaba muy entrada la noche, pero la luna iluminó el agua y pudimos retomar el camino sin problemas.

Me hubiese gustado tomar una foto del agua en la noche, pero mi cámara se rehusó a tomar la fotografía.

Analizando las fotos que tomé, quedé muy satisfecho con muchas de ellas, pero todas las fotografías de aves salieron borrosas, cosa que me partió el corazón. Me doy cuenta que necesito mejorar mis lentes, pero no he querido hacerlo porque quiero cambiar mi 80D por una Canon R, que usa un sistema de lentes no compatible.

Ya el futuro dirá si podré mejorar mi equipo. Mientras tanto, espero que hayas disfrutado de estas fotografías que elegí entre más de quinientas que tomé.

Si quieres llevar este tour, te puedo poner en contacto con mi hermano. Él es el maestro y puede hacer una cotización para ti.