Tito era un gato que disfrutaba de pasear por los tejados de la vecindad en donde vivia. Pertenecia a una familia de las mejor acomodadas del lugar. Dinero, le faltaba un monton, pero cuando menos estaban a salvo.
Tito disfrutaba de cazar pequeños roedores. Antes de hacerlo repetia una pequeña plegaria que habia escuchado decir al viejo cura del barrio. Misteriosamente, alimento no le faltaba. Podia decirse que la vida pasaba sin que Tito lo notara.
Un dia se topo con un viejo. Un viejo loco que no dejaba de repetir historias sin sentido. Hablaba del fin del mundo. De una guerra entre el Señor y el Diablo, y que todos eramos peones. Decia que debiamos convertirnos en Reinas y darle jaque al Rey del inframundo. Tito nunca lo tomaba en serio, pero trataba de escuchar cada vez que podia la historia para tratar de saber la identidad de ese supuesto Señor y de aquel diablo del que tanto hablaba.
Un dia se encontro con que decir su plegaria le parecia ridiculo. Encontro un pequeño raton luego de poco esfuerzo y desde entonces cazaba sin la proteccion de su angel guardian.
Pasaron los dias y Tito se interesaba cada vez mas en ese supuesto Diablo. Y dejo de comer. Pasaba mucho tiempo escuchando a aquel viejo loco, hasta que un dia, vagando entre los escombros de un viejo edificio, encontro la puerta al Infierno. Con mucha facinacion y un poco de temor, entro al edificio y nunca volvio a salir.
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Vendio su alma el gatito, ya enserio, quiza la metafora seria que en ocasiones uno se deja seducir por las cosas malas.
… Y ahí adentro el gato empezó a dar soporte técnico.