Pensaré en ti

Esta es la historia de mis próximos días.

Me levantaré temprano para darme cuenta de que mi cama está vacía, he dormido en soledad por unas horas y ya es momento de despertar, levantarme y fingir que me intereso por lo que ocurre a mi alrededor. Por que lo cierto es que me siento acabado, estoy vacío, por dentro y por fuera. Ya nada tiene sentido, ni siquiera mis proyectos.

Pero he de levantarme de nuevo, he de caminar un día más para tratar de olvidar, para tratar de entender que fuiste el inicio de todo, mi catalizador, mi sustento e inspiración, mi vida, la razón de mis suspiros y mis sueños. Fuiste la madre de mis deseos y la reina de mis pensamientos. Fuiste mi alfa, pero no eres mi omega.

Tengo que aprender, cual niño en la vida nueva, que la vida sigue con o sin ti. Que mis pensamientos habrán de fluir, hacia dentro y hacia fuera. Que mi ser, aunque es mío, es una parte de todo. Que lo controlo. Que me controlo. Que sigue mis ideas y mis pensamientos. Que es como yo quiero.

Mientras tanto, los días habrán de pasar. Me levantaré y caminaré al baño en donde no encontraré tus cosas, tu aroma o fragmentos de tu aliento. Entraré a la ducha y me acostumbraré a la idea de que tu shampoo ya no esté junto al mío y tendré que aceptar que mi toalla yace sola en su lugar. Que cuando salga, lo único que quedará de ti será lo que desee conservar en mis recuerdos.

Los días pasarán y así mi vida pasará con ellos.

Seguiré creciendo, desde luego, estoy seguro de ello. Seré aquel que deseo ser. Mi mayor logro será demostrarme a mí mismo que puedo, que aquello que los demás dijeron que fue un sueño ahora es parte de mi realidad. Por que, ¿sabes?, cada quien controla su realidad. Somos amos de nuestra realidad y, por tanto, somos realistas en todo momento. No me importará si para ti tan solo soy un loco persiguiendo sueños.

Hoy me iré a la cama y soñaré contigo, como planeo hacer los días que me quedan por vivir. Soñaré nuestra vida juntos, tenemos un largo camino recorrido. Soñaré contigo y seré feliz en ti. De verdad deseo que encuentres aquella felicidad que te prometí algún día, la que nunca pudiste encontrar en mí. No te culpo, soy un misterio.

Hoy, mientras cierro los ojos y me preparo para la historia de mañana, te lanzaré un beso. No importa que no lo quieras contigo, estará ahí cuando lo necesites, cuando sientas que puedes pensar en mí sin tener que odiarme.