En mi vida he escuchado muchas veces a la gente decir cosas como: “la vida se pasa volando”, “la vida es corta” y demás expresiones similares. Lo curioso del asunto es que también pensaba lo mismo hasta hace algún tiempo.
Hace un par de años tuve una experiencia que me hizo entrar en una etapa de reflexión de la que aún no le logrado salir. En parte porque me agrada, pero también porque es algo complicado escapar de situaciones como esta. Creo que no he hablado de ello directamente, aunque si he dicho muchas cosas al respecto. Incluso di de alta un blog en donde intentaba expresarme, en donde mi rabia se imprimía con palabras. Estuve tan enojado y dolido por mucho tiempo, tanto, que no me quedaron ganas de seguir mi camino. Desde entonces, he explorado mi vida y encontrado cosas que me han ayudado a levantarme de nuevo, a inventarme diferente.
En esos viajes a través del tiempo, he descubierto algo que me tiene asombrado: “la vida no es tan corta como parece”. Salvo que ocurra una tragedia, solemos tener una vida larga y llena de sucesos. Tanto nos ocurre durante nuestros días, que no nos es posible retenerlos, cuando menos no de forma consciente. Además, nuestra mente hace otro tanto por ocultar aquellas cosas que nos dañaron tanto y que, después de mucho sufrir, logramos dejar a la vuelta del olvido.
La vida se nos hace corta porque perdemos la noción de sus días.
He encontrado gratificante viajar por los caminos de mi pasado. No les puedo decir que recuerdo todos mis días, porque sería una asquerosa mentira. Creo que recordaré apenas una décima parte de ellos, sin embargo, creo que son suficientes para darme cuenta de cuantas cosas he vivido, de lo largo que ha sido mi camino. Aunque admito que en ocasiones me cuesta diferenciar lo que en verdad ocurrió del fruto de mi imaginación.
Como me gustaría poder escribir un compendio sobre mi tiempo.
Si pudiera escribir la historia de mi vida, la dividiría en cinco volúmenes: mi infancia, la vida en el internado, la carrera por ser alguien, mi matrimonio fallido y el reencuentro con migo mismo. No cerraría el libro, porque estoy seguro de que hay otros volúmenes esperándome a que los descubra.
¿Qué si soy feliz?
Hace algún tiempo descubrí que la felicidad no está en función de las cosas que tenemos, no es algo que podamos ganar o conseguir. La felicidad es una ilusión que nosotros mismos decidimos perseguir. Es ridículo pensar que uno debiera ser infeliz por salirse del camino universal.
Uno se siente feliz porque es feliz.
Yo me siento feliz.
Mi tiempo ha sido largo, ¿que tan largo ha sido el de ustedes?
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