Anoche tuve uno de los sueños más extraños que hasta ahora he tenido. Lo publico por si a alguien le pueda servir de algo. ¿Imaginar el fin del mundo tal vez?
Llegábamos a casa de alguien, escondiéndonos de los poseídos. Sabíamos que nos pisaban los talones, que estarían en la casa en cualquier momento, así que nos dirigimos al cuarto para tomar algunas cosas y marcharnos.
Éramos un grupo de unas seis personas. La verdad no sé quienes estaban conmigo, solo recuerdo que todos estaban tan asustados como yo.
Cuando me acerqué a la cama, un despertador comenzó a sonar, pero en vez del molesto ruido repetitivo, se escuchaban voces sin sentido y allá en el fondo, como si estuviera muy lejos del altavoz, una voz que nos decía que nos encontraría.
Tomamos nuestras cosas y dejamos la casa, salimos por la puerta trasera, pero fue mucha nuestra sorpresa al encontrar que estaba ya infestada de poseídos.
Todos corrieron quien sabe a dónde, no pude observarlo, pues este hombre que medía unos dos metros se acercó a mí y comenzó a burlarse de mi intento fútil de escape. Luego me dijo que no me preocupara, que todo pasaría más rápido de lo que me imaginaba.
Sabía que si me tocaba estaba perdido, tan solo el contacto con su piel haría que me volviera uno de ellos. Caminé de espaldas intentando no escucharle, pero él ya estaba en mi cabeza y no pude hacer nada cuando me tomó del brazo y me hizo caer de espaldas al suelo. Apenas podía observarlo, en sus manos tenía una especie de sierra eléctrica que utilizó para rebanarme la cabeza una y otra vez.
Yo gritaba desesperado, pero no podía moverme, sin embargo sentía como mi cabeza se desmoronaba. En cierto momento descubrí que no me dolía nada de lo que me hacían, lo cierto es que nunca me dolió, ni siquiera cuando sacaron mi cerebro en pedazos y me dejaron en el suelo. Ya estaba muerto desde que me había tocado, no sabía por qué a mí me despedazaban y a los demás apenas los tocaban y controlaban.
Lugo desperté, salía de ese sueño extraño. Me sentía en una cama con las sábanas heladas a mi espalda, la lengua pesada y con sabor a metal, como si tuviera una placa que me obligaba a mantener la boca abierta. Entonces lo escuché, una voz que preguntaba en dónde diablos habían dejado mi corazón.
Entonces supe que no era un sueño, alguien seguía jugando con mis entrañas. Luego todo se puso negro de nuevo.
Desperté de nueva cuenta, me encontré en una habitación oscura. Pensé que al final había sido tan solo un sueño. Me toqué la cabeza, la boca y los brazos. Me sentía normal, nada diferente. Apenas respiré aliviado, cuando la puerta de la habitación voló en pedazos. Aún me estaban buscando, pero esta vez no se trataba de los demonios, sino de hombres, cazadores o algo parecido.
Me persiguieron, me golpearon y mutilaron varias veces. Al final me acorralaron, uno se acercó y me golpeó tan fuerte que fui a parar al suelo.
Desde abajo sentí mi cuerpo quebrarse, cientos de grietas se formaron en mi piel, mis huesos tronaron y de pronto estaba en el suelo transformado en una bestia cuya cabeza era apenas una calavera, mis extremidades eran cortas pero veloces, y mi piel que colgaba de los huesos, brillaba como púas a la luz de sus antorchas.
Los hice pedazos con apenas un movimiento más veloz que un rayo. Vi su sangre mezclarse con la tierra y sus miembros caer por todos lados. Luego lo escuché, el amo me necesitaba, me llamó con un chiflido y mi cuerpo obedeció como si no fuera mío.
Me sentía vacío mientras corría de cuatro patas, un títere, un juguete nuevo bajo el encanto de mi nuevo señor. Cuando llegué junto a él me miró y luego me sonrió, luego me hizo una mueca, que me indicaba que me uniera la fila junto a otras criaturas muy similares a mí.
Entonces desperté, esta vez en serio. Di un salto fuera de la cama y me fui a trabajar sin mirar las sábanas ni una sola vez.
Ay cabrón…
¿Sabes?… Yo he tenido sueños similares. Algunos de ellos no terminan al despertar y los cargas durante el día entero, sino es que más… Hace unos días, mi madre me comentó de algo que me sucedía de pequeño; me “despertaba” entre gritos describiendo escenas dantescas como las tuyas… Nunca me han logrado poseer, muy al contrario he tenido que enfrentarlos. Al principio moría de miedo, hoy, ya sé lo que tengo que hacer.
Suena muy fumado, lo sé. “Son sólo sueños”, nos dicen… A veces no estoy tan seguro de eso.
Bien escrito Lalo 😀
Muchas gracias Canav 🙂
Por lo general le encuentro forma a mis sueños, mezclas de lo que pasa durante la semana, pero hay otros (como este) que no le encuentro forma. Tal vez, como dicen por ahí, hay algo que no puedo ver y la respuesta está en el sueño.