Hoy dormí ocho preciosas horas.
Ha pasado poco más de un mes desde mi cambio de empleo, la transición ha sido dolorosa. Para comenzar, salí de un empleo donde la paga estaba segura y bastaba con medio cumplir con el calendario para pasarla bien; para entrar a uno donde si no trabajas no cobras. ¿Vacaciones? ¿Breaks? ¿Platicar con los amigos? Apenas recuerdo lo que es eso. Sin embargo, el trabajo es bastante gratificante.
Ahora mis decisiones importan. Ahora mi tiempo vale papel.
He conocido gente y la gente me va conociendo. Algunas experiencias son gratas, algunas desearía que no ocurrieran, pero en general considero que el cambio ha sido bueno.
Hoy aprovecho para mirar hacia atrás y luego para adelante. Vienen cosas buenas.
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